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Carla Verónica Cáceres.

jueves, 16 de abril de 2009

Frenesí


Por Lara Ivone Carc

Hay luna llena esta noche, ¡Que bueno porque se acabaron las velas! Era tan cómodo cuando dormías en casa. ¿Claudia no extrañas eso? Sabes, hoy me han preguntado cómo estoy, aseguraran que solo es una crisis de momento, dicen que todo va a mejorar y que el tiempo se encarga de todo, pero en realidad no importa, solo quiero estar con vos.

He perdido mi trabajo, el jefe me dijo que ha esperado demasiado, que está harto de mí porque ya no cumplo con mis funciones, pero es mejor, así tendré más tiempo para verte. Mercedes ya no vive más conmigo. Tus hermanos aseguran que no estoy bien, que no puedo cuidarla; se la han llevado, ahora vive con tu madre, ¡será bueno, ahora estaremos solos! La renta de la casa está atrasada, la dueña dice que si no pago me correrá, ya no tendré donde ir. ¡Excelente, me quedaré con vos!

El carro no funciona, después del accidente quedó hecho pedazos. ¿Claudia, lo recuerdas?, ¿recuerdas el accidente? Fue una noche muy parecida a ésta, veníamos del cumpleaños de mi madre, yo manejaba esa noche. Quizás no debí salir esa tarde con los muchachos, me sobrepasé con las cervezas. Mi mamá aún no perdona el escándalo en la fiesta, no creo que a los socios de mi padre les haya gustado el baile sobre la mesa, sin embargo, hubo quienes se reían. Fue hace dos años y aún no lo olvidan. Vos, como siempre, te veías linda, el vestido blanco te sentaba muy bien con tu nuevo corte. ¡Fíjate que esa vez sí lo noté!

La lluvia esa noche era muy intensa, desde entonces, no llueve tan fuerte. Casi no se veía el camino, la carretera se perdía en el horizonte, los frenos del carro no estaban muy bien, talvez nos debimos detenernos en la gasolinera que dijiste. Espero que ya no te duela el golpe que te di, esa vez sangraste mucho, tu ropa blanca se pintó de rojo, así como tus labios… Mmmm, no sabes como me gustan tus labios, tus caricias, tus besos. Mercedes tiene tus mismos ojos, grandes y negros; cuando crezca, seguro será igual a vos. Ella fue quien vio el caballo cruzando en la carretera, lástima que no avisó a tiempo, pudimos evitar el choque; su brazo ya mejoró, ya puede escribir perfectamente. Le he preguntado cuándo vendrá a verte, me dijo que pronto, espero que en realidad lo haga.

No te he comprado flores, no tengo dinero. Pero lo que importa es que quiero estar con vos. Hace frío ¿no crees? Igual, que aquella noche, cuando fui a buscarte estabas helada y temblabas mucho, aún recuerdo lo que me dijiste. ¡Cómo olvidarlo, si yo también te amo!

Ya no me dejarán verte, me van a encerrar, dicen muchas cosas sólo para confundirme y así poder separarnos. No creas lo que digan. Siempre hablaron, tuvieron envidia toda la vida, están celosos de nuestro amor. Inventan cada cosa, pero no te preocupes, yo te voy a proteger de todo los rumores, también a Mercedes. Es nuestra hija, no dejaré que le hagan daño con todas esas mentiras. Imaginate, dicen que estoy loco. ¿Podes creerlo, loco yo? Son ellos los que están totalmente fuera de sí, hasta dicen que estás muerta.

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