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SeleneYang.

Carla Verónica Cáceres.

jueves, 16 de abril de 2009

La democracia no se come


Por Carla Verónica Cáceres

La democracia es la extensión efectiva de
los derechos humanos. Pero, ¿Como puede existir democracia en zonas de extrema pobreza, donde la violación a los derechos humanos esta a la orden del día? ¿Y como pedirle a estas personas que luchen por la democracia, si lo más importante para ellos es buscar un poco de comida?

Nicaragua es considerada el segundo país más pobre de América Latina, con un índice de pobreza del 48%, y con la mitad de su contraparte totalmente apática a los acontecimientos del país, no es extraño que la democracia por estos lados este en decline.

En Nicaragua se comienza hablar de democracia después de las elecciones del noventa donde salio electa la candidata de la Unión Nacional Opositora (UNO), Violeta Barrios, que dio fin al régimen Sandinista, el cual había liberado al país de la dictadura de Somoza en 1979. Si bien desde este entonces hasta ahora, el índice de pobreza ha bajado. Sin embargo sigue siendo muy alto, lo que limita el proceso democrático.

Actualmente se supone que Nicaragua vive bajo una democracia, la ley contempla una serie de derechos que pintan al país como lo mejor. Sin embargo el mal manejo de este y el atropello a la constitución, hacen que el lugar sea totalmente invivible. Ahuyentando no solo a sus habitantes, sino a la cooperación extrajera, inversionistas y turistas. Lo que viene a incrementar la pobreza.

La situación se torna más que difícil, cuando la poca sociedad civil, no pagada y que si le interesa el bienestar del país, intenta salir a las calles o pronunciarse públicamente, para exigir democracia y justicia, pues esta es totalmente reprimida y violentada, tirando a la basura todos sus derechos.

Una solución para este problema seria la participación masiva de las personas. Pero ante esto nos vemos en dos problemas fundamentales:

Nicaragua es un país joven, con una mayoría de población menor a los treinta años, sin embargo esto en vez de ser una ventaja, se vuelve una contradicción a lo que comúnmente se espera de los y las jóvenes. Que estos llenos de vitalidad se incluya en las actividades socio-políticas del país y con sus nuevas ideas ayuden al cambio para el bienestar publico, sin embargo este 70% de la población, muestra una apatía permanente a la vida política, cultural, social, económica y democrática del mundo.

Sumisos en su mundo, que en tantas ocasiones esta lejos de la realidad, intentar inmiscuir a este sector en la contexto del país, se vuelve un trabajo arduo y hasta frustrante, pues por mas que se intente, siempre es una minoría joven, la que se preocupa por el estado del país.

Otro problema fundamental es el alto nivel de pobreza que presenta Nicaragua. Es tan difícil, llegar a una familia pobre y pedirle que se integre a una lucha por la democracia, si esta no le esta solucionando sus necesidades básicas.

Es cuestión de prioridades, supongamos este caso: una madre, que trabaja lavando ropa, no tiene marido y tiene que mantener a siete hijos, los cuales también desde el mas grande hasta el mas joven trabajan para ayudar en su casa. Como puedo pedirle a esta señora, que me acompañe a una protesta o una marcha, pues el tiempo que ocuparía (o para ella desperdiciaría) pidiendo democracia, le es mas útil lavando ropa, ya que así garantiza sus veinte y cinco córdobas (aproximadamente) por docena lavada, para comprar arroz y frijoles para ese día.

En cambio el gobierno, que con su política clientelista, va con su lema de ayuda a los pobres, engañando gente, dándole cerditos y cocinas, para apaciguar las necesidades de las personas, juega una contraparte muy pesada para los defensores de la democracia. Estos (los democráticos) solo ofrecen el espacio (si es que lo consiguen) donde pueden exigir al gobierno que cumpla con sus deberes y respete al pueblo y sus derechos, pero no ofrecen comida, salud ni vivienda, que es lo que para los mas necesitados del pais, esta en su lista de prioridades.

Como lo dice el titulo de ese escrito la Democracia no se come, pero la democracia garantiza un ambiente tranquilo, donde reine la paz y la justicia. Es tarea de los y las que no tenemos que preocuparnos por el plato comida en nuestra mesa, luchar por un país democrático para todos, donde la justicia nos ampare por igual y donde al bajarte de un bus, no nos espere un niño sucio y zaparrastroso pidiéndote dinero para comer.

Para los jóvenes la tarea se aumenta al máximo, pues tomando en cuenta que somos el futuro del país. ¿Qué nos espera, sino empezamos a componer las cosas desde ya? La democracia no viene sola, hay que salir a buscarla y mantenerla a toda costa. Y reitero, la democracia no se come, pero se saborea con el gallopinto y los otros placeres de la vida.

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